El clima en Cipolletti

icon
Temp
34% Hum
LMCipolletti nombre

Cuál es el nombre que solo tienen cuatro personas en todo el país

En un país de nombres tradicionales, algunas familias argentinas apostaron por uno que simboliza la cima, la aventura y lo inusual.

Los nombres son mucho más que una formalidad en los documentos: suelen ser el primer acto simbólico de los padres hacia sus hijos, una decisión que muchas veces busca honrar costumbres familiares, rendir homenaje a seres queridos o, en algunos casos, atreverse a lo diferente.

En Argentina, donde nombres como María, Juan, Santiago o Cecilia dominan los registros, hubo quienes, en la segunda mitad del siglo XX, eligieron una opción que aún hoy sorprende: Everest.

Te puede interesar...

En 1965, cuatro familias argentinas decidieron inscribir a sus hijos con un nombre que parecía extraído de un atlas más que de un listado de nombres de bebés. Mientras en las escuelas abundaban las Lauras y los Pedros, surgieron, casi en silencio, cuatro pequeños Everest. Fue un año particular: el único en el que este nombre alcanzó cierta notoriedad en el país, aunque con un registro mínimo.

bebe parto pies recien nacido.jpg

Según datos oficiales del Registro Nacional de las Personas, entre 1965 y 1995 solo cuatro personas en todo el país fueron nombradas Everest. Lejos de consolidarse como una tendencia, fue una rareza que nunca llegó a despegar. En 1985, por ejemplo, no se inscribió ni un solo bebé con ese nombre, reflejando que su uso no solo era esporádico, sino casi inexistente.

Un nombre que apunta alto

Más allá de lo estadístico, Everest carga con una potencia simbólica que puede haber sido la clave para su elección. Inspirado en el monte más alto del mundo, ubicado en la cordillera del Himalaya, el nombre evoca ideas de superación, riesgo, desafío y metas ambiciosas. Su origen se remonta al apellido del geógrafo británico Sir George Everest, en honor a quien fue bautizada la imponente cumbre que hoy es ícono global de la aventura.

Elegir “Everest” como nombre de pila podría leerse como una declaración de principios: una forma de proyectar sobre un hijo o hija la esperanza de que escale sus propios desafíos, que alcance su propia cima, sin importar las dificultades del terreno.

Alpinista-murió-en-el-Everest-y-ya-son-11-en-la-temporada.jpg

La explicación de por qué Everest sigue siendo un nombre tan poco frecuente está anclada en las raíces culturales de nuestro país. En Argentina, la tradición en materia de nombres tiene fuertes vínculos con la herencia española e italiana, y también con figuras religiosas o históricas del ámbito local. Los nombres anglosajones, y más aún los que derivan de apellidos, como en este caso, suelen estar fuera del repertorio habitual.

Además, la sonoridad y la carga simbólica del nombre pueden resultar excesivas o ajenas para muchas familias. En un entorno donde se privilegia la familiaridad, lo sencillo o lo emotivamente cercano, Everest aparece como una elección audaz, casi poética, pero también distante del sentir común.

La cima no siempre se busca en los registros

Que solo cuatro personas lleven este nombre en todo el país no significa que haya pasado desapercibido. Por el contrario, su rareza lo vuelve memorable. Alguien llamado Everest no pasa desapercibido ni en el aula, ni en una entrevista de trabajo, ni en una reunión social. Su sola mención activa una imagen poderosa, difícil de ignorar.

bebe2.jpg

A casi 60 años de su aparición en los registros argentinos, Everest sigue siendo más que un nombre: es una excepción que invita a reflexionar sobre las elecciones personales, la identidad y el valor de lo diferente.

Leé más

Noticias relacionadas

Dejá tu comentario