Más elementos tras la "pista chilena"
Investigadores no brindaron detalles, pero la posibilidad de una operación de extremistas extranjeros no se negó. Se conocieron más indicios en torno a esa línea de investigación.
La denominada pista chilena se mantiene como una de las fuertes hipótesis en torno al atentado del martes contra la Escuela de Policía. Fuentes consultadas por este medio volvieron a asegurar que "ninguna se deja de lado", pero al mismo tiempo reconocieron que "hay elementos" en torno a la posible participación de terroristas prófugos de Chile. Secreto de sumario mediante, había expectativas por las confirmaciones que el juez de Instrucción Gustavo Herrera pudiera hacer públicas, pero el magistrado se limitó a asegurar que se mantienen abiertas todas las líneas de investigación (ver aparte).
Sin embargo, trascendió que tras el estallido de la bomba que mató al empleado municipal José Maciel se intensificó la búsqueda de Diego Ríos, prófugo chileno que está acusado de haber abastecido de pólvora para la realización de varios hechos similares ocurridos en Santiago. El joven habría enviado correos electrónicos que permitieron rastrear su ubicación: en el último año habría estado en Buenos Aires, Neuquén o Cipolletti.
El sitio de noticias ADN informó ayer que dos días antes del atentado en Cipolletti el diario El Mercurio de Santiago informó que la oficina de Interpol Chile recibió la semana pasada un dossier de la Policía Federal Argentina que contenía las fotos de los dos sospechosos de colocar un artefacto explosivo en el BBVA Banco Francés, en Buenos Aires, y no se descartó la participación de Ríos en ese episodio.
En la región, ciertos sectores vinculados a la investigación del atentado en Cipolletti relativizaron la posibilidad de un ataque de extremistas extranjeros en el Alto Valle. Sin embargo, al otro lado de la cordillera aseguraron que hace más de un año los fiscales que indagan atentados en Chile pesquisan también la "conexión Argentina", citó el informe de la agencia de noticias provincial.
La vinculación más clara es la misma que se estableció en Cipolletti: la bomba que detonó en febrero en Neuquén, en las oficinas de LAN, se corresponde con el tipo de artefacto utilizado en más de 90 atentados en tres años ocurridos en Santiago de Chile.
Investigadores ubicaron a Ríos como allegado a los miembros de "Lautaro", una agrupación terrorista chilena. Dos de ellos fueron detenidos en Neuquén (en 2008) y un tercero, capturado en Capital Federal el viernes. El joven, de 23 años, lleva un largo período en la clandestinidad y está sindicado como especialista en la fabricación de bombas. Su propia familia denunció que, cuando escapó, tenía en su poder una importante cantidad de pólvora.
Con precaución debido al secreto de sumario, pero también con insistencia, fuentes policiales y con ascendencia al gobierno ratificaron ayer esta línea como "la más probable".
Las otras posibilidades
De todas las versiones que trascendieron desde Gobierno, Policía y Poder Judicial, sólo una fue rechazada rotundamente por fuentes de los tres ámbitos: la interna policial. Es la mayor diferencia que guarda respecto de las otras dos; la represalia de activistas de izquierda por lo ocurrido en Bariloche (mañana se cumple un mes de los hechos en los que murieron Diego Bonefoi, Nicolás Carrasco y Sergio Cárdenas) o la vinculación con la campaña municipal por "paz y seguridad".
Todas esas teorías guardan relación en un aspecto central: no hubo confirmaciones, pero tampoco versiones surgidas de miembros de la investigación, en torno a hechos concretos. Que el destino de las bombas fuesen sedes policiales sustenta la hipótesis "Bariloche", pero no trascendieron mayores conexiones.
Por ello, ayer se ratificó que la "pista chilena" es, de momento, el "más probable" de los caminos para esclarecer el caso. A la similitud de la bomba, le sigue una cadena de hechos circunstanciales -enunciados anteriormente-.
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