El jordán Guerrero tiene cáncer y pasará sus últimos días bien cuidado

El jordán Guerrero, uno de los perros más veteranos de la guardería canina de la Isla Jordán, tiene cáncer y no le queda mucho tiempo de vida. Habiendo sido hasta hace poco uno de los canes que lideraba la "manada" de la dependencia, en la actualidad ya evidencia síntomas de decaimiento físico, por lo que sus últimos días los pasará, cuidado y con el afecto que necesita, en la vivienda de la proteccionista María Acosta, referente de la Fundación SOS Animal Cipolletti.

La mascota era, hasta hace unos días, uno de los "jefes" de los jordanes, junto con los también veteranos Pilcha y Willy, quienes, por fortuna, se encuentran hasta ahora en buenas condiciones de salud.

Por su personalidad, carisma y experiencia, Guerrero fue, junto con Langosta, Pilcha Fría y Martita, uno de los canes elegidos para visitar y llevar alegría a don Ángel Parada, el histórico ex cuidador del refugio, fallecido días atrás, cuando tuvo que permanecer internado por una dolencia en el Hospital local.

Hace poco, la joven Ayelén y su familia le dieron al veterano perro alojamiento, tránsito como se dice en la jerga proteccionista, porque hacía orina con sangre y necesitaba de cuidados mientras se procuraba su recuperación.

Tras 20 días con ese grupo familiar, tuvo que volver a la guardería canina, no sin antes habérsele hecho estudios de ecografía y análisis de sangre. Los resultados fueron, tristemente, categóricos. El animal padece de un cáncer terminal de vejiga y su tiempo se le está acabando.

Pero, en su estado, Guerrero, el carismático y cariñoso líder de sus congéneres, ya no puede volver a vivir lo que le queda de vida en un canil. Necesita atención permanente, además que la ley de su especie es muy dura: el jefe que decae y muestra signos de decadencia física, puede ser agredido, en cualquier momento, por otros perros, que ya no lo respetan y creen no necesitarlo más. Es ley de vida, y puede ser, en algunos casos, también ley de muerte.

Por ello, la mascota tendrá alojamiento en la casa particular de María Acosta, responsable del refugio animal. Ella lo cuidará y vigilará para que el tiempo que le quede sea el mejor posible. Compartirá, en su nuevo hogar, con otros perros, algunos de ellos "conocidos" suyos de la guardería.

La referente le agradeció a Ayelén y a su familia el "tránsito" que le dieron a Guerrero durante tres semanas y también a quienes dieron su aporte económico para la realización de los exámenes veterinarios que se le practicaron. Ahora, el viejo animal se apresta a vivir lo mejor que pueda en el hogar humano que le abrió las puertas para su despedida.