Video: El misterio del chaleco de la plaza Vecinos Pioneros que se mueve solo y la tenebrosa leyenda
Un nuevo capítulo de Historias Paranormales con un sorprendente caso que se registra en una popular feria. La escalofriante explicación.
Nada de viento. Todo absolutamente quieto. No vuela una mosca. Ni siquiera cae una hoja de los árboles cercanos. De repente, un chaleco colgado empieza a moverse. Para un lado, para el otro. Cada vez con mayor intensidad. Los nuevos en la feria se asombran y miran perplejos. Los viejos ya ni se inmutan porque han oído hablar de su tenebrosa leyenda, de la explicación que habría detrás de este fenómeno inquietante y extraño que se registra en una plaza cipoleña. Misterio y temor.
Dicen los vecinos más antiguos del barrio Don Bosco que mucho antes de que existiera la feria de ropa y los juegos para chicos, la plaza “Vecinos Pioneros” era un terreno baldío.
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Y cuentan una trama que genera escalofríos y que vamos a compartir con los lectores, en un nuevo capítulo de "historias paranormales en la región".
La tenebrosa leyenda detrás del chaleco que se mueve solo
Resulta que en los años ‘70, “una familia vivía justo al costado, en una casita de madera ya desaparecida. El hijo menor se ganaba la vida vendiendo ropa usada que encontraba o le regalaban. Su prenda favorita era un chaleco gris, con botones de hueso y olor a lavanda vieja”, aseguran los históricos pobladores del lugar.
En el aterrador relato agregan que "una tarde de otoño, el chico desapareció sin dejar rastro. Su chaleco quedó colgado en una soga, moviéndose como si hubiera un tornado aunque ni siquiera se registraba una leve brisa. Nunca lo encontraron, y con los años, la plaza fue construida justo sobre ese terreno".
Desde entonces, el mito cobró fuerza y cuando alguien monta un puesto de ropa en la feria del barrio los históricos de la zona le avisan “mirá que si colgás una prenda liviana, especialmente un chaleco, puede comenzar a moverse solo”. No hay viento. No hay explicación.
Algunos vendedores dicen que es el muchachito desaparecido revisando si alguien por fin puso en venta su chaleco favorito. Otros creen que se trata una advertencia: “no todos los recuerdos del barrio quieren ser revividos, cuidado...”.
Y aunque nadie se anima a decirlo en voz alta, hay un puesto que siempre queda un poco más solo, al borde de la plaza, donde el chaleco jamás permanece quieto. Aún en el día más calmo se agita sin parar. Creer o reventar.
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