Dolor por la muerte de histórico comerciante cipoleño tras un accidente doméstico

“Estaba bien, por eso cuesta aún más asumirlo”, aseguran desde su entorno. La muerte de un histórico comerciante cipoleño en un presunto accidente doméstico generó enorme pesar y dolor en nuestra ciudad, en especial en la industria de la carne donde era todo un referente.

En un dramático episodio, Gabriel Rosenfeld, dueño de la cadena de carnicerías El Rusito, falleció la semana pasada tras "caerse en la bañera de su hogar" por causas que se investigan. Su abrupta y traumática partida llenó de angustia a sus familiares e inundó de tristeza a los cientos de vecinos que lo conocían y con los que mantenía trato fluido a partir de su actividad comercial.

“De salud que yo sepa andaba bárbaro, esto fue una tragedia”, contó a LM Cipolletti, Natalia Chemor, ex vicepresidenta de la Cámara de Comercio, con amplia trayectoria en el sector de la carne.

La noticia recién trascendió en las últimas horas ya que su familia prefirió manejarse con total hermetismo y evitar que se filtrara públicamente debido a que uno de los hijos de la víctima, de 16 años, justo se encontraba en el exterior cuando se produjo el fatal desenlace. El adolescente regresó a la región durante el fin de semana.

"Queríamos que se enterara una vez que vuelva y por nosotros, no por los medios. Imaginen lo que sería para un chico de su edad, doblemente duro y doloroso", explicaron sus allegados a este medio. Algo más que entendible y LMC, respetando la voluntad familiar, también guardó el "secreto" bajo llaves.

Reconocida y extensa trayectoria comercial

“Excelente persona, muy correcto. No es fácil encontrarse con gente así”, reflexionó luego Chemor. Rosenfeld logró imponerse en el rubro de la carne con el tradicional comercio de Alem y Brentana, del que se desprendió hace algunos años (el negocio sigue funcionando).

En la actualidad, el hombre contaba con al menos dos carnicerías propias: “una en Alem, casi Córdoba, y la otra en un barrio. También hay una en Oro con ese nombre pero no sabemos si le pertenecía”.

El Rusito dejó una marca en el comercio local y su muerte generó profunda tristeza no solo entre familiares y allegados, sino también entre los clientes a medida que fueron conociendo la noticia.