¿A sacarse el uniforme?: tienen que custodiar a un preso en Cipolletti pero sin la ropa penitenciaria

El Poder Judicial de Cipolletti autorizó a una persona privada de la libertad a comenzar un régimen de salidas transitorias mensuales. El beneficio se otorgó bajo custodia penitenciaria, pero con una particularidad: los agentes que lo acompañen deberán estar vestidos de civil. Así lo resolvió el juez de ejecución Lucas Lizzi tras una audiencia realizada por videoconferencia en la que se escucharon los informes técnicos y los planteos de las partes.

La propuesta surgió de una votación unánime del establecimiento penitenciario, que propuso una salida mensual, de cuatro horas, en horario diurno y con acompañamiento institucional. El destino será el domicilio donde reside su hija, junto con otros integrantes del grupo familiar.

Durante la audiencia, el equipo de psicología del servicio penitenciario expuso que el condenado obtuvo una evaluación de riesgo moderado, con puntuación elevada en factores históricos pero presencia de elementos protectores en su contexto actual. Las profesionales señalaron que presenta dificultades con el control de impulsos, aunque funciona de manera adecuada en entornos estructurados y bajo figuras de autoridad.

También explicaron que mantiene una red de contención estable, centrada en el vínculo con su hija, que se sostuvo durante los años de encierro. Indicaron que el entorno familiar, el acompañamiento institucional y la continuidad en actividades como el trabajo y la educación fortalecen su proceso. La defensa remarcó que no registraba sanciones disciplinarias, que retomó estudios y que participa en talleres laborales, elementos que reforzaron la solicitud.

Salidas transitorias bajo "control"

La fiscalía no presentó objeciones. Valoró el trabajo técnico y coincidió en que el marco de control propuesto resultaba adecuado para esta etapa del régimen progresivo. También señaló que la custodia debía garantizarse con claridad, aunque propuso en su dictamen el uso de un GPS como medida adicional.

El juez evaluó el conjunto de pruebas y resolvió que el acompañamiento debía realizarse exclusivamente con agentes penitenciarios sin uniforme. Sostuvo que no correspondía imponer medidas más gravosas que las necesarias, ya que el equipo técnico no había recomendado monitoreo electrónico. Además, consideró que el entorno familiar reunía condiciones de estabilidad, y que la presencia de los agentes bastaba para garantizar el control requerido.

El beneficio se autorizó bajo condiciones específicas: el condenado deberá permanecer dentro del domicilio informado, cumplir con normas de convivencia, abstenerse de consumir sustancias y acatar las indicaciones del personal. En caso de no poder realizar la salida por cuestiones operativas, se podrá reprogramar dentro del mes siguiente.

Según lo dispuesto, podrá presentar una nueva solicitud de revisión del régimen pasados seis meses, conforme a la ley de ejecución penal. La resolución quedó firme, con consentimiento de todas las partes intervinientes.