Vecinos de un inquilinato quieren echar a un supuesto abusador de menores

Una mamá del barrio Don Bosco denunció a un vecino del inquilinato en el que vive, por un posible caso de abuso a su pequeña hija de 7 años.

Liliana vive una pesadilla desde que la niña se animó a hablar y contó los manoseos de los que es víctima desde hace tiempo. Es por eso que la mujer busca el apoyo de sus vecinos para echar al supuesto abusador del complejo de habitaciones que comparten en la calle Brasil.

La mujer contó a LM Cipolletti que todo comenzó el viernes, cuando ella misma invitó al hombre de 56 años "a quien hasta ese momento consideraba como un padre" -dijo- a tomar unos mates a su casa.

"Mientras calentaba el agua él le pidió a mi hija más grande que le mostrara unos dibujitos en el celular y la sentó sobre sus piernas. Con una mano agarraba el celular y con la otra la tocaba en sus partes íntimas", relató conmocionada.

"Mi nena se cae al piso y escucho que le dice '¡Yo no me siento más con vos!'. Entonces mi hija sube a la habitación donde estaba yo y me cuenta que este hombre la tocó en tal parte y que no es la primera vez que lo hace. Inmediatamente lo enfrento pero él me niega todo y se va", explicó Liliana.

Luego, Liliana interrogó a la pequeña R., quien le aseguró que no habló antes por miedo y para no causarle un daño a su mamá, que sufre ataques de epilepsia.

Desalojo

Tras lo ocurrido, la mujer se reunió con otros vecinos, para intentar echar del lugar al acusado. Entre todos rompieron puertas y sacaron muebles a la calle. "Llegó la policía y les conté todo. Me llevaron a la comisaría a hacer la denuncia. Al día siguiente (sábado), vino otra vez la policía y se lo llevó a declarar, pero al rato ya estaba acá de nuevo", explicó.

"Además me enteré que el dueño del inquilinato fue a hacer una exposición para que no lo echen, porque según él tiene contrato por un año, pero a ninguno de nosotros nos hizo firmar jamás un contrato de alquiler", dijo la mujer.

Denuncia y declaración

Liliana agregó que cuando fue a la comisaría nuevamente el sábado, se descompuso y por eso debió ser trasladada al hospital. Allí pudo contar a una doctora todo lo que estaba viviendo y ésta la contactó con la asistente social del nosocomio.

Según explicó, la asistente social entrevistó a la niña en privado y aunque no le reveló los detalles de la declaración, le aseguró que "era un caso muy grave", por lo que derivó inmediatamente la denuncia a la Fiscalía de turno.