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Vecinos del Distrito Vecinal exigen que la Muni limpie los yuyos

Los vecinos están preocupados por la proliferación de malezas, matorrales y tamariscos que son un riesgo para la salud pública y también para la seguridad.

Los habitantes del Distrito Vecinal Noreste han planteado la necesidad de que el Municipio avance con celeridad en tareas de desmalezamiento, por cuanto los yuyales se han convertido en un problema bastante extendido, en particular, en el camino hacia el nuevo emplazamiento del centro de salud del lugar.

La proliferación de yuyos, matorrales y tamariscos se observan en diferentes puntos del DVN y no son un inconveniente solo por ser focos de proliferación de plagas de insectos, arañas, roedores, culebras y otras alimañas, sino también por convertirse en refugio propicio para delincuentes, que los utilizan para esconderse o para ocultar el producto de robos y atracos.

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Por este motivo, los integrantes del Grupo de Trabajo barrial cuentan en su labor reivindicativa con el respaldo de las autoridades de la nueva Subcomisaría de la zona, que les han expresado su voluntad de gestionar también por su lado la eliminación de los yuyales.

Así lo expresó ayer el dirigente Víctor Alarcón, quien refirió que su organización vecinal tomó contacto con una funcionaria de Servicios Públicos de la comuna para solicitarle un amplio y rápido trabajo de desmalezamiento. Al presente, algo se ha hecho pero todavía queda mucho por hacer.

En particular, en el camino que vincula con las nuevas instalaciones del centro de salud del DVN, ubicadas en tierras que se conocen como "lo de Castillo", en dirección hacia Puente de Madera. El traslado de la dependencia se concretó hace unos días y molestó mucho a los vecinos porque no fueron consultados ni avisados de la medida.

La salita venía funcionando en dos oficinas de la Delegación Municipal en el Distrito, lugar al que se habían empezado a acostumbrar los pobladores. Sin embargo, de la noche a la mañana fue a parar a su nuevo emplazamiento, donde tiene a su disposición una vivienda. Allí cuenta con dos consultorios, una cocina, un baño y un salón grande. El inmueble es bueno, pero la decisión de la mudanza sorprendió a la comunidad, que estuvo a punto de ocupar, en rechazo, la Delegación.

Ahora, la gran dificultad la representan los yuyos y lo malo del camino que conduce hasta las nuevas dependencias. Alarcón destacó que las malezas, tamariscos y otras plantas que crecen sin control alguno pululan por los alrededores y son un peligro para la seguridad. En tanto, en invierno la traza se vuelve prácticamente intransitable por su suelo lodoso.

El vecinalista manifestó que los yuyales también son muy notables en otros puntos del DVN y, al respecto, indicó que hay un sector en donde los matorrales son tan altos que superan la altura de algunas viviendas.

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