Se jubila "Lito", ese amigo entrañable de la electricidad

Toda una vida destinada a un servicio que necesitamos todos, en cualquier momento, en cualquier lugar, y que muchas veces no dimensionamos que así como sucede con la salud, la seguridad o la educación, es imprescindible. Este lunes, después de más de 32 años trabajando en el servicio de energía eléctrica, Juan Carlos “Lito” Campos, se jubila para comenzar otra etapa de su vida.

Colgado en algún poste en la oscuridad de la madrugada resolviendo con sus compañeros de cuadrilla una avería técnica que - en medio de una tormenta furiosa dejó - sin luz a toda una ciudad. Y a centímetros de un cable por el que viajan tantos kilowatts que apenas el mínimo contacto y un descuido, podría ser mortal.

Lito Campos tiene 55 años y mañana será su último día de trabajo en la empresa Edersa. Le llegó el momento de la jubilación, que en el caso de los trabajadores de este rubro – calificado como de riesgo – llega unos años antes que los demás.

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Lito es un tipo sencillo, siempre predispuesto a ayudar más allá de sus obligaciones en la empresa y por ese motivo se ganó el cariño de los usuarios. “¿Tenés idea por qué no tengo luz? ¿Cuándo vuelve? ¿Qué hago, a quién llamo?”, siempre esa preguntas resuenan en su celular cuando todo se apaga y la desesperación te agobia porque sin electricidad, entramos en caos.

Su historia laboral ligada al servicio de la energía eléctrica comenzó en julio de 1991 cuando por ese entonces ingresó como empleado de ERSE S.E hasta que llegó el momento de la privatización. Inició sus tareas en Cipolletti, donde se desempeñó en el área de Comunicaciones, recorriendo la provincia junto a su amigo Horacio Gómez. Después fue trasladado a Allen, de donde es oriundo, afectándolo al sector de Guardia y reclamos. Y desde entonces conoce como la palma de su mano las líneas, tendidos y transformadores de la ciudad.

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Algunos años después regresó a Cipolletti al sector de calidad de servicio y control de medición, recorriendo nuevamente toda la provincia, llegando a trabajar en diferentes ciudades y parajes. Por esos años las comunicaciones no eran como las de hoy y llegar a los parajes era tarea difícil, más que nada en invierno. Y en más de una oportunidad llevó donaciones a esos recónditos lugares de la provincia para dar una mano a los pobladores que necesitaban algún medicamento u otros elementos de la ciudad.

En el 2005 regresó a su Allen natal como asistente técnico. Actualmente realiza diferentes taras como proyectos de tendidos eléctricos y control de medidores. Este lunes será su último día de trabajo en la sucursal de Orell y Mitre, en la sede de Edersa. Lito es, además, psicólogo social, DT profesional de fútbol, electricista y un gran amigo de sus amigos. Por delante le espera un camino muy grato, después de la jubilación.