Golpes y violaciones: grave denuncia de una docente contra su ex

Una docente cipoleña denunció a su ex pareja y padre de su hijo menor, por haberla sometido a maltratos físicos y psicológicos durante años, lapso en el que también aseveró que fue objeto de violaciones en forma reiterada.

Hay una investigación por el delito de “abuso sexual con acceso carnal y por lesiones leves en contexto de violencia de género”, que está a cargo de la fiscal Alejandra Altamira.

En tanto que ella se presentó como querellante, con la representación del abogado Michel Rischmann, quien promovió que la protegieran con un botón antipánico y una custodia policial nocturna, medidas que continuaban vigentes. También requirió que le formularan los cargos al acusado.

La presentación policial la realizó el último 29 de septiembre y describe que el hombre la violó. Pero además revela que no fue un hecho aislado, sino que lo venía padeciendo desde hace cerca de una década como también violencia física, psicológica y económica. En su declaración sostuvo que el hombre es adicto al sexo y a las drogas.

Pero también dejó asentado su “gran miedo” por algo que pudiera sucederle, tanto a ella como a su entorno porque tiene conocimiento, aseveró, que para él es habitual contratar gente del hampa para hostigar.

Y ocurrió que la tarde del jueves 14 de este mes su camioneta Renault Kangoo que había quedado estacionada en la calle Vélez Sársfield al 1300 se incendió. Los primeros indicios indican que fue un atentado, porque dos vecinos afirmaron haber visto a dos hombres que se movilizaban en una moto arrojar al rodado una botella encendida, lo que provocó que se iniciaran las llamas. Incluso uno de los testigos intentó seguir a los sospechosos, que escaparon en dirección a Fernández Oro.

Los bomberos tuvieron que sofocar el siniestro y también hicieron el peritaje que determinó había sido intencional, sostuvo.

Por este hecho también formuló una denuncia, con la mención de los testigos directos. Además los investigadores buscaban otras imágenes tomadas por cámaras de seguridad del sector, en procura de buscar elementos que les permita llegar hasta los sospechosos.

Del paraíso al infierno de los golpes

MJ es hija y hermana de dos renocidos peluqueros, ambos fallecidos, y que fueron muy apreciados por la comunidad. Su historia con el acusado comenzó en 2010 cuando se pusieron de novios. La relación prosperó se fueron a vivir juntos como una familia ensamblada, ya que ambos tenían un hijo de la misma edad. Tres años después tuvieron su segundo hijo y como para consolidar el vínculo, en 2015 se casaron legalmente. Ya entonces había reparado en su insistencia por mantener relaciones sexuales varias veces al día, pero en ese momento no lo interpretó como un problema. Más la inquietaba su adicción a la cocaína y al alcohol y sus hábitos nocturnos, relató en una de sus declaraciones. Además la maltrataba como también a su hijo, quien decidió mudarse con su padre.

Encima dependía económicamente de él, pues todos sus recursos se los entregó para que armara una empresa.

Pero todo se agravó cuando la comenzó a obligar a tener sexo. Por eso en 2012 comenzó un tratamiento psicológico, que fue clave para que comenzar a salir del infierno. Una de las primeras decisiones que tomó fue volver a trabajar, ya que había dejado su profesión por pedido de él, quien no estaba de acuerdo con su nuevo empleo.

Ese cóctel provocó que la relación se deteriorara y se separaran “puertas adentro”: ella dormía en la habitación matrimonial y él con el hijo.

Pero de todas maneras el hombre entraba a la habitación y la accedía. “Creía que mi cuerpo era de su propiedad y que él podía disponer del mismo, cuando él quisiera, para satisfacer sus necesidades sexuales sin límite”, manifestó.

Esa sensación de esclavitud explotó cuando alrededor de las 4 de la madrugada del viernes 29 de septiembre se deslizó al cuarto y aprovechando que dormía de costado la penetró. No lo soportó y tras entrevistarse con su psicóloga que la alentó, presentó la denuncia.

“Había naturalizado la violencia, las amenazas, los abusos, hasta que dije basta”, resaltó.

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La damnificada hizo la denuncia por el incendio, en la que recalcó que cuando declaró por la causa de abuso sexual resaltó su "gran miedo" de que algo pusiera sucederle.

Gentileza

Le dio todo

La docente recordó que era propietaria de un jardín de infantes que llegó a tener más de 300 alumnos. Pero cuando formalizó la relación con el acusado, le pidió que vendiera la institución y se dedicara exclusivamente del hogar. Así lo hizo y le entregó el dinero de la venta, con el cual el hombre montó con un socio un emprendimiento de venta de agua que aún funciona. Luego ella cobró una herencia familiar, y también accedió a entregarle el dinero, por lo que se quedó sin bienes materiales.

Ahora depende de su trabajo. Es acompañada por amigos, su único hermano y agrupaciones que luchan contra la violencia de género que siguen de cerca la causa.

Pero no está bien. Además de todo el contexto hostil que le impide seguir su vida con normalidad, sufre porque no puede ver a su hijo debido a que el ex, el mismo día del último abuso la echó de la casa, le hizo una denuncia por violencia familiar y le impusieron una prohibición de acercamiento.

La fiscal Altamira pidió que el Cuerpo de Investigación Forense le realizara pericias para determinar características de su personalidad y si presenta secuelas psíquicas por la violencia de género. También solicitó la intervención de la Oficina de Asistencia a la Víctima (OFAVI). Entre otras pruebas cuentan con el exámen realizado en el hospital donde certifican lesiones físicas por la última violación.