Otro enorme incendio en el predio del basural

Un nuevo incendio de grandes proporciones se volvió a desatar en el basural municipal y los vecino del barrio Santa Elena y zonas aledañas ya no saben qué más hacer para no sufrir tanto por las intensas humaredas que tornan irrespirable el aire y afectan, sobre todo, a las personas con problemas de salud.

El siniestro se propagó la noche del lunes y a la proliferación de las llamaradas mucho ayudó el viento que se dejaba sentir en ese momento. El hecho es que el fuego, como suele ocurrir cuando alcanza gran intensidad, puso una vez más en riesgo a las viviendas más cercanas al vertedero, a raíz de las chispas que se esparcen por todas partes con las corrientes de aire.

Los pobladores consideran que el reciente incendio fue tan grande como el del sábado 10 pasado, que alcanzó una magnitud aterradora y causó un enorme pánico en la comunidad asentada en las cercanías del basural.

No es para menos el pavor, puesto que a las enorme llamas, la infinidad de chispas que se esparcen y el gran calor que se expande por los alrededores se les deben agregar las detonaciones de los productos que contienen aerosoles, que estallan por las altas temperaturas del infierno oculto bajo capas y capas de desperdicios. Un auténtico pandemónium.

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Los vecinos sostienen que no se oyeron las sirenas de las autobombas de los bomberos y tal se explicaría, según ellos, por el hecho que ni siquiera los bomberos se querrían acercar a este tipo de siniestro en un lugar tan inhóspito como lo es el depósito de las toneladas de residuos que genera a diario la ciudad.

Alguno afirma que hubo intentos de comunicación con el secretario de Servicios Públicos de la comuna, Luis Flores, pero éste no habría respondido o no habría dado la respuesta buscada, esto es, la solución para contener pronto las llamas.

En Santa Elena, aseguran, además, que, al contrario de lo que se hace público desde el Municipio, nunca deja de haber actividad ígnea en el basural. En otras palabras, siempre hay fuego en la acumulación de desechos, ya que las humaredas, aunque mucho menores a las de los incendios declarados, siempre están presentes, con su descarga de contaminación sobre el entorno.

Así las cosas, la posibilidad de que se vuela a iniciar un incendio de gran envergadura está siempre latente, para temor e inquietud del vecindario próximo.