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Las Grutas: encerrarán a los perros en la playa

Animales vagabundos o con dueño, no podrán andar sueltos en la arena.

Un nene de unos cinco años fue mordido en el rostro ayer por un perro manto negro en la playa de Las Grutas y reavivó una vieja polémica por la gran cantidad de turistas que bajan con sus mascotas a la arena.

La dentellada le provocó una herida cortante en la zona de la frente, por lo que requirió la intervención de los guardavidas de la Bajada Cero, que asistieron el traslado del chiquito al hospital de la villa turística.

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El animal sería propiedad de una conocida vecina que posee un emprendimiento vinculado a la ejercitación física. Ayer, familiares del niño evaluaban iniciar acciones para responsabilizarla.

No se trata de un episodio aislado. Hace pocos días sucedió otro ataque similar, y existen antecedentes de años anteriores.

El Municipio de San Antonio Oeste, a través de la Delegación que conduce Nicolás Carassale, venía trabajando en la instrumentación de alguna medida para evitar inconvenientes con los animales que deambulan por la zona balnearia, y que estiman rondan los 50.

El jefe del jefe de rescatistas, Mauro Scalesa, indicó que analizaron distintas alternativas, y se inclinaron por encerrar a los perros en jaulas que construirán debajo de los refugios erigidos en las principales bajadas.

Allí quedarán alojados durante la tarde, cuando más gente baja a la costa del mar. Luego los liberarán. Mientras tanto estarán a la sombra y con agua para beber, destacó. Además, contarían con la colaboración de una organización de vecinos.

Los mismos Guardavidas se encargarán de realizar los caniles, se presume a partir de hoy o mañana, cuando reciban el material. También se abocarán a atrapar la jauría, que ya tienen perfectamente identificados a sus integrantes. Saben cuáles son callejeros y cuáles tienen dueños. También los mansos y los agresivos.

La problemática de los perros en la playa viene desde hace años, pero se ha acentuado con el aumento de individuos.

Scalesa sostuvo que en cada bajada (de la Cero a la Séptima) suelen juntarse al menos media docena. Pero son muchos más en la Tercera, donde se centraliza el movimiento de las embarcaciones, a las que suelen atacar cuando navegan cerca de la costa, lo mismo que a los kitesurfistas.

El guardavida destacó que los vagabundos suelen ser más dóciles, no así los considerados mascotas, cuyos propietarios les permiten andar en libertad en la playa, más allá del peligro que pueden representar.

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