El drama de vivir tapados por el barro y tener una emergencia

El temporal de lluvia volvió a mostrar la crudeza de vivir en los lugares más vulnerables, donde la humedad traspasa los huesos y no hay nylon ni frazada que alcance para calmar el frío. Mostró también que un fenómeno climático puede arrastrar puentes, inundar casas y hasta evitar que en una situación de emergencia una ambulancia o un autobomba puedan asistir a las víctimas.

El fin de semana, mientras la lluvia castigaba la región, un incendio devoró en cuestión de minutos una precaria vivienda construida de madera, en Allen. El siniestro ocurrió en el asentamiento de 14 de enero, un terreno tomado que está situado en el ingreso a la Colonia 12 de Octubre (zona ladrillera de Allen).

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Cuando los bomberos llegaron al lugar era tanta la cantidad de barrio que se había formado en las calles internas del asentamiento que la autobomba se quedó completamente encajada. Entre la lluvia y la impotencia de ver cómo las llamas consumían la casilla, un grupo de vecinos tuvo que unir fuerzas y empujar a pulso el camión de los bomberos para que la asistencia sea posible.

“Así vivimos, expuestos a que nos pase algo y nadie pueda venir a ayudarnos. No estamos acá porque queremos, seguramente a todos nos gustaría vivir en una calle con asfalto. Pero la necesidad nos trajo hasta este lugar y somos tan humanos como el resto de los vecinos. Necesitamos calles en condiciones y accesos como debe ser a este asentamiento por si nos vuelve a ocurrir otra emergencia”, reclamó una vecina.

En el asentamiento 14 de enero viven alrededor de 70 familias, todas en condiciones de irregularidad. Es la última toma que se organizó en Allen, una ciudad que parecía tener el camino allanado para avanzar con el Master Plan, un programa que contempla loteos sociales. Sin embargo hay algunos que especulan con que - al parecer - el programa de acceso a tierras podría perder fuerza con el cambio de gestión de gobierno.