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Un viaje espiritual a la India cambió la vida de 8 cipoleñas

Realizaron un viaje de dos semanas por la India junto con su profe.

KATIA GIACINTI / [email protected]

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Un grupo de ocho practicantes de yoga de Cipolletti cumplió el sueño de viajar a la India, una experiencia que no sólo les cambió su perspectiva de la vida, sino que también las consolidó como amigas. Luego de haber pasado más de 25 horas arriba de un avión con dos escalas -en Brasil y Etiopía-, finalmente iniciaron una aventura repleta de espiritualidad, sorpresas y, sobre todo, comida muy picante.

La propuesta la realizó la profesora de yoga de las chicas, Cecilia Ravagnan (50), luego de que les informara -durante una clase de un viernes- que iba a irse de viaje sola o acompañada, pero que lo iba a hacer con seguridad porque si no tomaba la decisión en ese momento, los años iban a pasar sin poder concretar sus maravillosos planes

Para su sorpresa, las quince alumnas que se encontraban con ella le aseguraron que querían aprovechar la oportunidad y sumarse a la intrépida hazaña.

Por cuestiones personales, menos de la mitad tuvo que dar un paso al costado y el equipo se redujo, finalmente, a ocho. De esta manera, Karina Melo (45), Diana Mellado (55), Verónica Garone (43), Malén Martínez (32), Valeria Masramón (38), Mercedes Arratia (51), Cecilia Larrinaga (39) y, por supuesto, su maestra, fueron las afortunadas que lograron cruzar mar y tierra para vivir dos de las semanas más emocionantes de sus vidas.

as ocho mujeres cipoleñas disfrutaron de un viaje de dos semanas por la India que les cambió su perspectiva del mundo y también de la vida.

En diálogo con LM Cipolletti, Cecilia R. contó que una vez que se definió el grupo, comenzaron a reunirse en heladerías de la ciudad para hacer una lista de todos los lugares que querían visitar. “Sabíamos que íbamos a ir por el cumpleaños número 65 de nuestro maestro, Sri H. S. Arun, quien nos había invitado a la celebración para luego hacer un retiro en su ashram (un lugar de meditación y enseñanza hindú en el que los alumnos conviven bajo el mismo techo que sus maestros)”, detalló la mujer.

Conocer otro mundo

Finalmente, y tras un largo análisis junto a la agencia de turismo que gestionó el viaje, las yoguis cipoleñas desembarcaron en Bombay y, desde allí, pasaron por Pune, Bangalore, Ramanagara, Badami y Goa. Es que, si bien la idea principal era la de hacer yoga, también se habían propuesto conocer la cultura hindú, visitar templos, escuchar historias de vida, empaparse de costumbres y disfrutar del emocionante recorrido por tierras remotas.

Adaptarse y abrir aún más las mentes

En la India se encontraron con una cultura muy diferente que les costó asimilar. Uno de los mayores inconvenientes fueron la comida y los condimentos. “Era todo muy picante”, recordó Cecilia R. Tuvieron que acostumbrarse a los fuertes olores, a caminar descalzas por muchos lugares, comer en el piso con las manos, ver gente haciendo sus necesidades en la calle y entender cómo cruzar la calle en medio de un caos vehicular. Sin embargo, lograron adaptarse, abrir sus mentes y corazones, dar un salto hacia lo desconocido para regresar triunfantes y con miles de historias para contar.

50 horas duró el viaje a la India de ida y vuelta.

El viaje contó con dos escalas, una en Brasil y otra en Etiopía. Pero más allá de las horas, el cansancio y la espera, las yoguis cipoleñas disfrutaron de una experiencia única.

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