Recomendaciones para evitar golpes de calor
Debido a que las personas más expuestas son los niños, los adultos mayores y quienes padecen enfermedades crónicas, su entorno familiar debe priorizar medidas preventivas, como evitar la permanencia al sol entre las 10 y 16 horas.
La exposición prolongada a los rayos solares puede provocar, además de quemaduras en la piel, un malestar general, somnolencia, dolor de cabeza, irritabilidad, piel seca y roja, mareos, náuseas y hasta, incluso, convulsiones.
Debido a que las personas más expuestas son los niños, los adultos mayores y quienes padecen enfermedades crónicas, su entorno familiar debe priorizar medidas preventivas, como evitar la permanencia al sol entre las 10 y 16 horas.
De no ser posible, se recomienda proteger la cabeza y alternar la estadía al aire libre con momentos a la sombra.
Los días de verano son más largos, por lo que las tareas diarias pueden iniciarse en horas tempranas y continuarlas, o finalizarlas, más tarde. En los horarios de mayor registro de temperatura deben evitarse, también, las actividades físicas más exigentes, tanto recreativas como laborales.
Para evitar los efectos del calor, es importante consumir abundante líquido, aún sin tener sed, para evitar la deshidratación. No se recomienda en estos casos el consumo de bebidas alcohólicas.
Respecto a la ropa a utilizar en los días más calurosos, esta debe ser suelta, de algodón y colores claros, evitándose no sobre abrigar a los bebés, previéndose, asimismo, mantener ventilados todos los ambientes de la vivienda.
Si se sospecha de un “golpe de calor” en una persona, llevarla a un lugar fresco y ventilado, colocarle paños húmedos sobre la cabeza, darle de tomar agua fresca – no helada - en pequeños sorbos y favorecer su descanso.
En caso que los síntomas no cedan o se agraven, es conveniente consultar rápidamente al centro de salud más cercano.
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