López pidió "salvar" los pequeños empaques de la región

Los galpones de empaque de la región comienzan lentamente su temporada alta de labor y generación de puestos de trabajo. En algunos casos, la demora se debe a los factores climáticos que alteraron los habituales cronogramas de cosecha, mientras que en otros se debe a problemas económicos de las empresas. El titular del sindicato de Obreros de la Fruta y legislador provincial, Rubén López, planteó la necesidad de que el Gobierno “siga ayudando” a los emprendimientos para que puedan superar la crisis.
“Hay que apoyar sobre todo a las empresas de la región, cuyos dueños están acá y responden ante cualquier situación, no como otras firmas que tienen a sus titulares en otros países y nunca se puede dialogar con ellos”, manifestó el dirigente.
López sostuvo que los pequeños galpones, que suelen comprar su fruta a productores independientes, agravan año tras año su situación y que actualmente “hay algunos que tienen problemas para abrir sus puertas”. En ese sentido, categórico, sostuvo: “Las compañías locales se tienen que salvar para seguir generando mano de obra”.
Según el titular del gremio de embaladores “hay casi 16 mil trabajadores directos en los empaques” a los que la fruticultura suma “unos 18 mil a través de Uatre y junto al Hielo y los portuarios tenemos alrededor de 40 mil personas que viven a través de la producción”.
Integrante del Frente para la Victoria y legislador por esa coalición, López valoró los “aportes de los gobiernos provincial y nacional” para que pequeños y medianos productores y empacadores superen su crítica situación. “El chacarero necesita que esto cambie y el Ejecutivo lo viene haciendo en estos dos años, es cuestión de tiempo. Si no hubiese habido aportes, todos estarían en quiebra”, expresó.
 
Cosecha
Por otro lado, López explicó a Cadena Radios del Comahue que en muchos otros casos la lentitud en la convocatoria al personal de los empaques se debe a que la cosecha de peras Williams comenzó algunos días más tarde de la fecha habitual. “Todo se atrasó unas dos semanas. La gente esperaba comenzar los primeros días de enero, y recién lo están haciendo ahora. Había ansiedad, teniendo en cuenta que los compañeros vienen de estar parados, con muchas ganas de trabajar”, explicó.
El sindicalista recordó que “hubo un esfuerzo de los gremios para acordar los salarios y que no haya problemas, pero el factor climático afectó la madurez de la pera y esto llevó a que se atrasara” la cosecha.