La querella amplió la acusación
Como se preveía, la fiscalía reclamó que Ramón Geldres sea condenado a prisión perpetua por el homicidio del comerciante. El abogado de la familia, en tanto, pidió que también sea penado por la tentativa de dar muerte a Natanael.
El fiscal de Cámara Ricardo Maggi solicitó la pena de prisión perpetua por el delito de homicidio y lesiones graves criminis causa para Ramón Geldres, quien durante una salida transitoria asesinó a Claudio Araya, quien intentó atraparlo luego de que le robara la cartera a una mujer. En consonancia, la querella representada por Santiago Ramos Luna, respaldó los argumentos del funcionario público y adhirió a su pedido, aunque también solicitó que sea penado por la tentativa de homicidio de Natanael Araya. Esa situación agravó la acusación contra el imputado.
En tanto, la defensora oficial Verónica Rodríguez demandó un cambio de carátula y reclamó que fuera sentenciado por el delito de homicidio en ocasión de robo al mínimo de la pena, que sería de 10 años de prisión. La medida resulta llamativa teniendo en cuenta los numerosos antecedentes de Geldres, quien cuando cometió el crimen purgaba una condena unificada de 17 años de cárcel.
Además, adelantó que si es sentenciado a la condena requerida por la fiscalía, recurrirá la resolución por considerar inconstitucional que una persona sea castigada con prisión perpetua sin la posibilidad de recibir beneficios, como salidas transitorias.
La Cámara Primera dará a conocer el fallo el martes 3 de diciembre a las 12.30.
Ramos Luna comenzó su alegato sin dejar dudas de la materialidad y autoría del hecho. Expuso que Geldres fue quien asesinó a Claudio Araya y que también fue la persona que hirió a su hermano, Natanael, el 6 de marzo por la mañana. Se apoyó en el relato del testigo reservado y dijo que era clave ya que en su declaración dio precisiones de cómo fueron apuñalados los hermanos. “Todos los testigos ubican a Geldres como el victimario”, argumentó.
Recalcó que el trágico final podría haber sido evitado por el sospechoso tirando la cartera que había robado, pero que en ningún momento lo hizo.
Ramos Luna pidió que fuera condenado por el delito de homicidio y lesiones graves criminis causa. Tanto la querella como la fiscalía coincidieron en la calificación del hecho y la pena. La única diferencia fue que el abogado particular profundizó la acusación y reclamó al tribunal que también lo condene por tentativa de homicidio, al entender que quiso matar a Natanael, con la intención de quedar impune.
La defensa
Ante el pedido de la querella, Rodríguez solicitó la nulidad tras argumentar que Geldres no tuvo oportunidad de defenderse del último delito que se le quiere imputar. Agregó que no estuvo bien fundamentado y que era muy grave introducir un nuevo cargo sin las pruebas suficientes.
Respecto de la pena requerida, la contraparte dirimió en cuanto al homicidio y coincidió a la acusación del robo. “Cuando Geldres quiso retirarse del lugar amenazó a Natanael Araya, pero no lo atacó en ningún momento. Ningún testigo afirmó que las puñaladas fueron directas, para matarlos”, justificó la defensora oficial. En cuanto al homicidio expresó que "fue una situación imprevista y no querida".
Los jueces deberán inclinarse por una de las dos interpretaciones, ya que autoría del hecho no está en discusión.
"Hasta que no se quedó sin sangre no lo largó"
En la última audiencia se escucharon los testimonios de dos policías que fueron los primeros en intervenir en el hecho. Durante el debate se vivieron momentos tensos cuando Ramón Geldres se dirigió hacia una de los hermanos de la víctima diciéndole “de que te reís”. Su defensora oficial logró calmarlo rápidamente, aunque también actuó personal de seguridad.
Uno de los testigos fue un efectivo retirado de la Policía Federal. Aquella mañana se dirigía hacia una escribanía cuando se encontró con la escena. “Iba por calle Urquiza cuando escuché que una mujer gritó `me robaron y son dos´. Dejé mi vehículo y corrí hacia ellos. Sabía que uno había sido herido porque lo vi que estaba sano y después que ambos se pararon estaba ensangrentado”, comentó el testigo.
El hombre luego supo que fue una de las últimas personas que Claudio Araya vio con vida. Declaró que al llegar le dijo a Natanael que dejara de golpear a Geldres y se encargó de quitar a la víctima de arriba del acusado. “Claudio estuvo encima de él todo el tiempo. Hasta que no se quedó sin sangre no lo largó. Se veía que lo había herido en una de las primeras costillas”, sostuvo el testigo.
Antes que el hombre pudiera terminar de explicar lo ocurrido, la voz de Geldres irrumpió su testimonio: “De qué te reís”, exclamó el acusado. El imputado se refería a uno de los hermanos de la víctima, presente en la sala. La familia, en realidad, lloraba ante los detalles del testimonio.
El otro policía ese día se encontraba haciendo una recorrida por la zona cuando fue alertado del hecho dijo que encontró a Geldres ya reducido y sólo tuvo que esposarlo y esperar a que llegaran refuerzos para trasladarlo. Comentó que en el lugar había unas 25 personas observando y que vio a Claudio y al imputado bañados en sangre.
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