La movida bolichera arranca en la playa
Para incrementar la concurrencia nocturna, todas las discos disponen de gran cantidad de "tarjeteros" que desde el medidodía recorren la arena para seducir a los clientes.
Es sencillo identificar a los “tarjeteros” de los boliches bailables de Las Grutas en medio del gentío que inunda la playa, ya que se destacan. Son jóvenes -a veces casi adolescentes-, se muestran locuaces y simpáticos, suelen estar rodeados de chicas de su misma edad y andan bajo el persistente sol de aquí para allá, como si buscaran a alguien entre la masa heterogénea de veraneantes.
En realidad sí buscan, y son candidatos para desplegar un discurso seductor y suficientemente convincente como para asegurar que algunas horas más tarde concurrirán al reducto que publicitan, en el que garantizan que no la va a pasar mal.
Son una de las claves para que un local comercial nocturno tengo o no éxito en Las Grutas, que como cualquier centro turístico veraniego tiene un lapso acotado de tiempo para recuperar gastos o lograr ganancias, no más de tres meses en este caso, aunque el fuerte para este negocio es uno: enero.
Hernán Rodríguez, más conocido como El Pampa, es uno de los relacionistas públicos más reconocidos en esta parte de la Costa Atlántica. Veranea en Las Grutas de toda la vida porque tiene casa, pero además a los 14 años comenzó “tarjetear”, y después de haber pasado por distintos boliches como RRPP, en la actualidad es el “organizador” de un resto-pub ubicado en el shopping de la Segunda Bajada, donde está la “movida” desde hace algunas temporadas.
“El tarjetero tiene que estar instruido, saber a qué clase de público se apunta, y por supuesto ser entrador con la gente”, sostiene Rodríguez, a quien le restan ocho materias para recibirse de ingeniero en Alimentos, carrera que cursa en Villa Regina.
Explica que el campo de acción está en la playa. Todo arranca a partir del mediodía, porque se sabe que los chicos duermen hasta tarde.
La idea es encontrar potenciales clientes y describirle todas las virtudes que ofrece el lugar, y hasta se puede prometer alguna consumición de gentileza si el grupo es numeroso, además de descuentos en el precio de la entrada. Luego al caer la tarde, la misma tarea se traslada a la calle peatonal, más precisamente a la Segunda Bajada.
De boliche en boliche
En Las Grutas funcionan en temporada cinco boliches, con la particularidad de que uno, el más nuevo, es exclusivo para menores de edad y abre por la tarde. Los otros cuatro son para mayores, es decir que pueden expender alcohol, ya que así lo establece una ordenanza municipal. Todos están situados entre la Segunda y Tercera Bajada, y suelen presentarse grupos de rock en la previa.
Las entradas rondan los 40 pesos, lo mismo que una cerveza de litro o un fernet. También hay promociones, como un champagne más dos bebidas energizantes a 150 pesos, o dos energizantes más vodka o licor de melón por $75.
Además de las discos, otra alternativa para la noche son los pubs, donde actúan grupos musicales y después se transforman en verdaderas pistas bailables. Son los preferidos de los adultos y jóvenes que ya pasaron la adolescencia.
También están los tres paradores de la playa, donde se puede apreciar el fabuloso amanecer cerca del mar.
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