Esperan aluvión de turistas en balneario de Las Grutas
El cartel de "plazas agotadas" genera inquietud aunque ya se pensó un plan de contingencia.
El mal clima se instaló en la zona marítima rionegrina y según los informes meteorológicos las mismas condiciones se mantendrán al menos hasta el fin de semana, cuando se espera el gran aluvión de veraneantes que agotarían la oferta de alojamiento, establecida esta temporada en 38 mil plazas.
Hasta ayer la ocupación alcanzaba en el balneario de Las Grutas el 78 por ciento, informó la Secretaría de Turismo del municipio de San Antonio a la agencia oficial Télam.
Sin embargo, las fuentes destacan que para el sábado puede llegarse a un lleno total, dado que se espera que se vuelque masivamente el turismo proveniente del sur del país y de los valles de Río Negro y Neuquén.
De allí que las autoridades ya anticiparon “sobre la conveniencia de que los visitantes, sobre todo quienes viajan desde largas distancias, confirmen sus alojamientos en forma previa”.
En caso de suceder este escenario, se anunció que cuentan con un plan de contingencia para ayudar a los viajeros. Tradicionalmente se los envía a localidades cercanas, como Viedma y Sierra Grande.
Ante la gran cantidad de gente ya presente en la villa, una de las cuestiones que se mira con especial atención es el comportamiento de los servicios de agua y energía. Hasta el momento no hubo mayores sobresaltos. Cerca de las 22 del martes, antes del comienzo del año nuevo, se produjo un corte de electricidad que generó un poco de inquietud. Pero fue breve y luego se restableció. Mientras que con la provisión de agua no surgieron inconvenientes y en los próximos días la empresa Aguas Rionegrinas lanzará una campaña para evitar el derroche.
La opción de la peatonal
Aunque la jornada de la víspera no fue ideal para estar en la playa, muchos se atrevieron a bajar y desafiar las condiciones climáticas adversas. El Servicio Meteorológico informó que la temperatura máxima fue de 19 grados, pero además remarcó que el viento sopló del sudoeste a 45 kilómetros por hora, lo que hizo aún más hostil la tarde.
Las frías ráfagas obligaron a desembolsar ropas de abrigo para no perderse la posibilidad de estar cerca del mar, que se mostró bravío y con banderas que indicaban: “peligroso”.
En cambio la que lució abarrotada fue la zona céntrica, fundamentalmente la peatonal, donde la atracción fue la variada oferta comercial y entrada la noche, los artistas callejeros y el Paseo de los Artesanos.
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