Corridas y trompadas
El lugar estuvo fuertemente vallado con paneles de madera de tres metros de altura y allí los sectores que respaldaban a Soria y sus oponentes que responden a Cortés se cruzaron insultos, hubo algunos golpes de puño y palos y volaron piedras y baldosas.
El episodio tuvo dos capítulos. Una en la zona del Canalito, donde los incidentes tuvieron tal virulencia que se supo hubo vehículos particulares que estaban estacionados que resultaron con daños.
Pocos minutos después, a una cuadra de allí y en la avenida que corre paralela a las vías férreas, hubo otro desorden y el periodista de La Mañana Cipolletti constató cómo el barilochense Cortés escapaba a la carrera de las agresiones, esquivando autos para protegerse en un edificio cercano. El resto de la gente, que nada tenía que ver con el episodio, observó absorta el desarrollo de una persecución y gresca, en medio de una lluvia de piedras de enorme tamaño que de milagro no provocaron consecuencias más graves.
A los minutos de iniciados los incidentes, efectivos de la Policía de Río Negro se apostaron en las cercanías de calle 25 de Mayo, al costado de la vía, pero sin llegar a tomar intervención directa, salvo proteger a la gente en medio de un tumulto donde se vio que automovilistas debieron circular a contramano para evitar ser afectados. En los disturbios que se mantuvieron durante algunos minutos se produjeron heridos por los golpes de piedras.
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