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Familias solidarias, un programa en el que "se ayuda mucho, con muy poco"

Este 28 de septiembre se celebra el Día Nacional del Acogimiento Familiar, y en ese marco, una mujer que participó del programa contó su experiencia a este medio.

Para quienes no lo saben, este 28 de septiembre se celebra el Día Nacional del Acogimiento Familiar, una fecha más que significativa para el programa Familias Solidarias de la Secretaría de Estado de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), organismo encargado de defender los derechos de todo ese grupo.

Justamente, conflictos familiares, en el que los niños se ven afectados, siempre existieron; pero según describen las mismas trabajadoras de SENAF, con el correr de los años, la gravedad de los mismos fue escalando, pasando de casos menores como alguna falta al colegio, a situaciones de violencia intrafamiliar y abuso sexual (muchos de estos, descubiertos a través de la Educación Sexual Integral).

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Ante estos terribles casos, el organismo gubernamental activa todos sus mecanismos en pos de proteger a ese menor, poniéndolo bajo su propia guardia. A partir de allí, y siempre en los hechos en los que puede ser recuperable el entorno familiar, la SENAF trabaja con los adultos para saber si ese niño o adolescente puede volver con ellos (o algún otro miembro de ese núcleo, como abuelos o tíos), en un periodo de alrededor de 180 días (los cuales pueden extenderse). Sin embargo, de no darse las condiciones, el menor se pone en adopción (sólo muy pocos casos llegan a esta instancia).

Familias solidarias

En tanto, en la espera de lo que ocurra, el niño tiene dos posibilidades: ir a una casa hogar (en la actualidad llamados CUNA) junto a otros niños que ya se encuentran “institucionalizados”, o bien, ir con una Familia Solidaria.

Una Familia Solidaria es una familia (ya sea una pareja, personas solas o familias monoparentales y de la diversidad sexual) que eligió inscribirse en el programa para acoger de formar temporal a estos niños. Si bien hay una serie de requisitos para cumplir (como ser mayor de edad, que todos los miembros de la familia estén de acuerdo en participar y que la familia tiene que estar dispuesta a trabajar con el equipo de profesionales en todo el proceso de acogimiento), uno de los primordiales es no estar inscripto en el Registro Único de Aspirantes a Guardas con Fines Adoptivo (RUAGFA).

Pese a que no hay grandes impedimentos para que las personas se animen a inscribirse, desde la SENAF aseguran que son muy pocos quienes son parte del programa, y que esto se debe a una cuestión que, si bien nadie la dice abiertamente, siempre el mensaje queda entre líneas: el tener que “duelar” a esa persona una vez que tiene que dejar la “familia solidaria”.

Es aquí donde las personas que si vivieron esa experiencia eligen contarla abiertamente, principalmente para derribar este mito y dejar en claro que lo único que importa es poder ayudar a estos niños.

En una campaña de entrega de volantes de SENAF en el centro de Cipolletti, LMC habló con una mujer que ronda los 50 años, que eligió participar del programa, impulsada también por la solidaridad de sus hijas, todas mayores de edad.

Para el programa de familias solidarias es difícil ubicar a hermanos.

“Creo que lo principal que hay que tener para poder participar de este programa es tener tiempo y ganas de ayudar. Porque realmente uno a veces piensa que no va a pasar el examen psicológico que te hacen las chicas del SENAF, o que no vas a poder contener cualquier situación, pero todo lo que esos nenes necesitan es tiempo de calidad, que alguien los escuche y se puedan sentir protegidos”, relató la mujer completamente conmovida.

Respecto de cómo llegó al programa, la mujer confió que en más de una oportunidad vio un aviso del mismo en redes sociales, pero se terminó de interesar cuando su hija menor (de 21 años), le mostró el artículo de una convocatoria para familias solidaria para alojar a un bebé. “Ella me dijo ‘¿podríamos ayudar?’, por lo que cual hablé con mis otras dos hijas, que si bien ya son mayores pasan mucho tiempo con nosotras, y también se entusiasmaron con la idea. Así que nos comunicamos con la SENAF y unos días después tuvimos la entrevista con la psicóloga. Realmente yo creí que no iba a pasar ese examen (risas), pero ellas estaban más preocupadas en saber si la familia iba a tener tiempo para cuidar al nene que llegara. Esto fue a principio de año, alrededor de enero, y después de ese encuentro, nos dijeron que en unos días nos iban a llamar”.

Las semanas pasaron y recién para principios de marzo tuvieron novedades. “Yo creí que no había pasado el psicológico (risas) pero después de algunas semanas nos llamaron para alojar a una nena. La realidad es que éramos la única familia disponible, ya que no hay muchas inscriptas, y ante la urgencia nos preguntaron si estábamos dispuestas a cuidar a la pequeña. No lo dudamos y dijimos que sí”, relató.

En total, la pequeña pasó alrededor de tres meses con la familia solidaria, ya que su caso terminó en adopción (no se brindan más detalles de esa estadía para preservar la identidad de la menor), pero durante todo ese tiempo, el personal de la Senaf acompañó a diario el cuidado de la niña.

“Nosotros no sabíamos con qué nos íbamos a encontrar porque no se nos puede dar mucha información del lugar del que vienen, pero a mí me conmovió mucho que cuando llegó a mi casa traía consigo una muñeca de apego, la cual dejó a los cinco minutos de empezar a charlar con nosotras, y eso me dio la pauta de que se sintió segura y cómoda”, contó la mujer.

SENAF Río Negro

Pese a que todo marcha muy bien, entendiendo que la “separación” se iba a dar en cualquier momento, la mujer manifestó que siempre vivió la estadía de la niña en su casa como la de una sobrina o una ahijada que estaba de vacaciones. “

Cuando nos anotamos en Familias Solidarias, hacía poco más de dos años que habíamos perdido a mi esposo. Esto pasó en la pandemia y fue muy duro para mi y mis hijas, y en ese momento realmente pesé que no estaba lista para “duelar” a otra persona, pero en el transcurso del tiempo entendí que esa niña no me pertenecía, ya que hoy aprendí que los hijos son de la vida no de uno, y que durante el tiempo que esa pequeña me necesitó, mi familia estuvo para ella. Por eso cuando llegó me dije que tenía a una de mis sobrinas o a un vecino de vacaciones en mi casa, por lo cual, en algún momento se podía ir”.

“No lo voy a negar, es duro cuando se van. Incluso ella estaba tan cómoda en mi casa que no se quería ir, pero dado que aún tenemos contacto y se que ella está muy bien con su nueva familia, esa angustia se fue por completo”, siguió la mujer.

Respondiendo a si volvería a vivir esta experiencia, confió: “Hace poco me llamaron para alojar a otro niño, pero tuve que decir que no, lamentablemente, porque mi situación era diferente a la de meses atrás, cuando llegó la niña. Sin embargo, sigo inscripta y si en el futuro me vuelven a necesitar y todo está en orden para que eso pase, claro que volvería a vivir la experiencia”.

Por último, y conociendo que en el programa hay muy pocas familias inscriptas, la mujer invitó a todos los interesados a sacarse sus dudas y participar. “No se necesita tener muchísimo dinero o una casa de lujo. Solo tener tiempo y querer colaborar, porque en este programa es real que con muy poco se ayuda mucho a esos niños”.

Cómo ser una familia solidaria

Este programa provincial promueve el acogimiento familiar temporal para niños, niñas y adolescentes menores de 18 años, quienes, por una medida excepcional, debieran ser separados de su núcleo familiar conviviente.

La SENAF adopta una medida excepcional de protección de derechos cuando se agotaron todas las medidas de protección integral y la separación de los niños de su medio familiar resulta imprescindible para garantizar su integridad física o mental. Se debe destacar que el acogimiento es transitorio mientras se resuelve la situación que dio inicio a la separación del niño de su medio familiar de origen.

¿Quienes pueden postularse para ser familias solidarias?

  • Parejas
  • Personas solas
  • Familias monoparentales y de la diversidad sexual

Siempre que no sean parte del Registro Único de Aspirantes a Guardas con Fines Adoptivo (RUAGFA).

Requisitos para ser Familia Solidaria

  • Ser mayor de edad
  • Que todos los miembros de la familia estén de acuerdo en participar
  • La familia tiene que estar dispuesta a trabajar con el equipo de profesionales en todo el proceso de acogimiento
  • Que la intención no sea adoptar

Los interesados pueden escribir a [email protected]

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