Comenzó la reconstrucción del merendero de Ferri que se incendió
El comedor Caritas Felices resultó destruido tras la explosión de la garrafa que desató el fuego. Lo bueno es que los dos heridos se reponen, aunque necesitan un largo tratamiento. Además la obra ya empezó.
Vecinos de Ferri comenzaron a reconstruir el merendero Caritas Felices, que el último martes resultó totalmente destruido a causa de un incendio que se desató tras la explosión de una garrafa.
El siniestro provocó quemaduras en dos vecinos, quienes ya fueron dados de alta y requerirán un extenso tratamiento con cremas especiales para curar las lesiones.
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Pese al golpe anímico que produjo el hecho, los colaboradores del comedor, que asiste a entre 180 y 250 personas según la altura del mes, a las pocas horas iniciaron las tareas para levantar nuevamente el salón.
El fuego no solo destruyó dos cocinas, heladeras, televisores, mesas, sillas, ollas, vajilla y alimentos que tenían acopiados, sino que también dejó inutilizada la estructura del edificio, por lo que en primer lugar debieron derribar las paredes que quedaron en pie ante el riesgo de derrumbe.
Una vez que tengan limpio el terreno, iniciarán nuevamente la obra, pero necesitan ayuda para poder emprender el proyecto, destacó Yanet Montecino, una de sus referentes.
Ya recibieron algunas donaciones de materiales de construcción, pero requieren mucho más. Desde los muros hasta el techo, pasando por el mobiliario y el resto total del equipamiento.
Saben que es una misión compleja por los altos costos económicos que les esperan, pero no piensan bajar los brazos. Son conscientes que la asistencia que brindan es fundamental para decenas de familias pobres con problemas de alimentación.
Por ese motivo no dejan de lado esa función y, mientras abordan la obra edilicia, se organizan para preparar, lo más pronto posible, raciones en una casa particular, como cuando iniciaron la labor social hace unos ocho años, de la mano del frente Darío Santillan.
Un empleado municipal les donó una olla de 100 litros y con eso arrancarán posiblemente la próxima semana, cuando reciban víveres del municipio cipoleño, desde donde son habitualmente abastecidos.
Los apura el hecho de que muchas familias con chicos que concurren a almorzar y merendar de lunes a viernes quedarán sin esa asistencia, por lo que lamentan que pasarán algunos días difíciles.
“Puede ser un drama para estos vecinos”, expresó la dirigente.
Valoró el acompañamiento del Municipio que se comprometió a apoyarlos en la reconstrucción y sostuvo que aguardaban el llamado desde el gobierno provincial.
Aún no entienden que pasó
Mauricio, de 40 años, y Samuel de 68, habían ido al merendero a buscar alimentos en tuper para llevar a sus casas.
Llegaron poco después de las 10, cuando vecinas cambiaban la garrafa de gas con que funcionan las cocinas. Solidarios, se ofrecieron a dar una mano. En eso estaban cuando se produjo la explosión y posterior incendio. Yanet dice que no saben qué sucedió. Presumen que hubo una falla la conexión.
La única certeza que tienen es que fue un momento aterrador, y que afortunadamente no ocurrió una tragedia mayor porque había toda gente adulta que pudo reaccionar y salir del infierno que se había desatado. Porque inmediatamente después del estallido la garrafa lanzó una llamarada que alcanzó el cielo raso de machimbre y a partir de ahí el fuego arrasó todo lo que encontró a su paso.
La recuperación de los heridos
Tanto Mauricio como Samuel sufrieron quemaduras. Pero el primero se llevó la peor parte, pues resultó herido en las manos y la cara. Después de recibir asistencia en el hospital, fue dado de alta y ya está en su casa. Pero necesitará al menos dos semanas de tratamiento. Se tiene que aplicar dos cremas que tienen un precio considerable. Una es
colagenasa cloranfenicol. La otra se la recetarán en los próximos días.
Ante la urgencia, Yanet destacó que compraron el medicamento con dinero que tenían para el comedor, unos $20 mil. También recibieron colaboraciones a través de un pedido que hicieron por redes sociales. Pero no alcanza por la gran cantidad de pomada que debe aplicarse en cada curación.
Para Samuel fue menos grave. Pero también se debe tratar con los mismos productos.
Difundieron una cuenta de Mercado Pago (alias comedor.ferri) para quien pueda ofrecer alguna colaboración solidaria. Todo es bienvenido, sostiene Yanet, quien resaltó que están siendo apoyados por otros comedores populares.
Por lo pronto planean realizar un bingo para reunir fondos. Será posiblemente el 21 de septiembre en la Escuela 36.
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