¿Apocalipsis? Las llamaradas solares se intensifican
La NASA registró una serie de explosiones en el sol que desencadenaron eventos como apagones de radio y perturbaciones en la atmósfera terrestre.
En el último mes, se observó un notable incremento en la actividad solar. La NASA ha detectado dos intensas erupciones solares en menos de 48 horas, entre el 5 y 7 de agosto, complementando la erupción que tuvo lugar el 2 de julio de 2023. Estos tres eventos han sido clasificados por la agencia gubernamental de los Estados Unidos como de tipo X, siendo esta la categoría más alta en una escala de cinco niveles. ¿Estamos cerca del Apocalipsis? No se sabe, pero por lo pronto estas erupciones solares han repercutido en la Tierra, siendo especialmente significativos los efectos de la erupción del 7 de agosto, que causó una interrupción en las comunicaciones de radio en la costa oeste de México y en la costa este de Hawái.
El incremento en la actividad solar es un fenómeno que ocurre de manera periódica debido a los ciclos solares que se repiten aproximadamente cada once años. Actualmente, la estrella está acercándose a uno de los extremos del ciclo en curso, denominado "Ciclo Solar 25", que comenzó en diciembre de 2019 y que marcó un regreso a un nivel de actividad más alto después de uno de los ciclos menos activos desde 1750.
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Inicialmente, los científicos de la NASA preveían que la fase actual del ciclo solar culminaría en 2025. Sin embargo, en junio de este año, la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de los Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) indicó que el ciclo se había acelerado más de lo esperado, y ahora los científicos estiman que llegará a su fin a mediados de 2024.
Las manchas solares como indicadores clave
El Sol, una inmensa esfera de gas caliente cargada eléctricamente, experimenta movimientos constantes que generan un poderoso campo magnético. Cada once años, aproximadamente, este campo magnético sufre una completa transformación, conocida como ciclo solar. Durante este proceso, los polos norte y sur del Sol se debilitan, llegando a cero, y luego emergen nuevamente con polaridades opuestas.
El seguimiento del ciclo solar se basa en el análisis del número de manchas solares. Estas manchas son áreas oscuras en la superficie solar, conocida como fotosfera, y se forman debido a la presencia de campos magnéticos intensos. Estos campos magnéticos impiden que parte del calor interno del Sol alcance su superficie, generando regiones más frías en el centro de los campos magnéticos (aproximadamente 4,000°C) en comparación con los bordes (cerca de 6,000°C).
Distintas manifestaciones de la actividad solar
El pico de actividad de las manchas solares se denomina máximo solar, durante el cual ocurre un mayor número de tormentas solares. Estas tormentas se desencadenan cuando partículas cargadas y radiación electromagnética interactúan con el campo magnético y la atmósfera terrestre. Dichas tormentas son resultado de eventos como las eyecciones de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés), las llamaradas solares y las corrientes de viento solar.
Las CME son erupciones solares extremadamente potentes que expulsan plasma y campo magnético de la corona solar. Las CME más rápidas pueden alcanzar la Tierra en 15 a 18 horas, mientras que las más lentas pueden tardar varios días en llegar. A medida que se alejan del Sol, su tamaño se expande, y las CME más grandes han ocupado hasta una cuarta parte del espacio entre la Tierra y el Sol.
Las llamaradas solares, por otro lado, son emisiones intensas de radiación electromagnética, con un tamaño varias veces mayor que el de la Tierra, aunque menos intensas que las CME. Estas llamaradas ocurren en las áreas cercanas a las manchas solares, donde los campos magnéticos opuestos colisionan y liberan energía. Viajando a la velocidad de la luz, las llamaradas pueden alcanzar la Tierra en menos de diez minutos si están en su trayectoria.
Además de las CME y las llamaradas, existe el viento solar, una corriente continua de plasma que se origina en regiones con menor densidad y fluye hacia el espacio. Los vientos solares de alta velocidad resultan en tormentas geomagnéticas, mientras que los vientos de baja velocidad se traducen en un clima espacial más tranquilo. Comprender el tipo de viento solar es crucial para pronosticar el clima espacial y sus efectos en la Tierra.
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